El cristal dirige y equilibra la energía del ser humano, por ello sentimos que nuestra energía física y psíquica comienza a aumentar. Los cristales crean campos de energía y éstos serán menos poderosos con cristales opacos que con cristales brillantes. Estos campos de energía son captados por la psiquis y el organismo a través de un halo, un campo de fuerza propio del cuerpo humano, llamado aura. El poder del cristal es lento, Es una esencia viva que irradia y recibe energía, que puede utilizarse para mejorar la calidad de vida.
Los cristales siempre han atractivos para el hombre y hoy son utilizados con mayor sabiduría, no solamente en el campo tecnológico, sino también con fines curativos, de meditación, para elevar nuestra percepción y para lograr el autoconocimiento, favorecen la capacidad de concentración, meditación y percepción; mejoran las relaciones con uno mismo y con los demás; mejoran nuestra calidad de vida, creando un ambiente más sereno y armónico.
Editor: Nairely Luna Guzman
Autor: Jose Roberto Angel Rosas